El factor humano detrás de la accidentabilidad

La prevención de riesgos laborales es una disciplina que tiene como objetivo proteger la seguridad y la salud de los empleados en sus puestos de trabajo. Sus principales herramientas son la identificación y evaluación de los riesgos en el trabajo y la aplicación medidas para minimizar o evitar los accidentes y enfermedades profesionales. Desgraciadamente, cada año miles de trabajadores sufren accidentes, lesiones y enfermedades provocadas durante la jornada laboral. Las causas las encontramos en factores técnicos (relacionados con los espacios de trabajo, medios de protección existentes, máquinas, materiales contaminantes…) ya factores humanos relacionados con motivaciones, concienciación, voluntariedad y sensibilización propia por querer trabajar seguro. Al menos el 80% de los accidentes laborales tienen como principal causa el comportamiento humano. Así que poner el foco en el factor humano resulta clave para prevenir accidentes y aumentar la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores en las organizaciones. Existen varias variables que pueden determinar el factor humano, como son las habilidades y cualidades, educación, inteligencia, inteligencia emocional, ética profesional, habilidades sociales y personalidad. En este sentido, cabe pensar que los programas de sensibilización y concienciación sobre el factor humano pueden ayudar a mejorar el sentido de seguridad personal de los trabajadores.

 

La música como herramienta para mejorar la responsabilidad
 
A través de la música se puede desarrollar la inteligencia emocional, fomentar la sociabilidad, tolerancia, empatía o trabajo en equipo. La experiencia musical activa la memoria, mejora la atención, la concentración, la motivación, el aprendizaje y la neuroplasticidad, generando nuevos circuitos neuronales. Para atender aspectos como las habilidades personales y sociales, la inteligencia o la educación se puede recurrir al uso de la música. Y es que la música produce efectos sobre el cerebro, que están científicamente demostrados. El imaginar una canción o un ritmo hace que nuestro cerebro se active y estas ondas cerebrales asimilan ritmo, melodía y armonía. La música activa los circuitos de placer del cerebro. Se puede utilizar la música como un instrumento para generar bienestar, estados emotivos, activar la alegría y la felicidad.